jueves, 17 de diciembre de 2009

Identidad desde la teoría



Erik Erikson
Teoría Psicosocial. La identidad del Yo.


Así llamó Erikson a su teoría sobre el desarrollo de la personalidad donde estableció ocho estadios de desarrollo vital. El Estadio V está dedicado a la etapa que corresponde a la etapa adolescente. Según él, esta etapa está dominada por la búsqueda de la identidad, la difusión de esta identidad y la confusión de roles; el ser uno mismo y el compartir ser uno mismo. Para Erikson en la etapa adolescente lo primordial es buscar la identidad del Yo y evitar la confusión de roles.
La identidad yoica (del Yo) significa saber quienes somos y como encajamos en el resto de la sociedad. Es la etapa en la que se moldea una autoimagen unificada a partir de lo que hemos aprendido a lo largo de la vida acerca de esta y de nosotros mismos.
Frente a esto Erikson señala dos vertientes en las que puede derivar esta búsqueda de la identidad. Por una parte la positiva, si salimos victoriosos de esta etapa adquirimos lo que Erikson denomina la virtud psicosocial de la fidelidad, que implica la habilidad para vivir de acuerdo con la sociedad a pesar de sus faltas e imperfecciones. Por otra parte, y de forma negativa, nos habla del fanatismo, si te centras demasiado en tu propia identidad, te vuelves intolerante hacia las demás; y del repudio, cuando la persona no logra encontrar su identidad y no está preparada para entrar en el mundo adulto, llegando incluso a repudiar la necesidad de adquirir una identidad.


Octavio Fernández Moujan
Psicoanálisis abierto. Inteligencia solidaria. La adolescencia como paradigma.


Psicoanálisis abierto:
En esta teoría plantea dejar de lado el Yo, por lo tanto, lo pensado y lo percibido ,para alcanzar un campo de valores que no son perceptibles por el Yo individual. El dice que como estos valores no son de nadie pertenecen a todos y de ahí y lo que aquí nos interesa dice que la primera identidad no es la del Yo, sino que es la de un “nosotros”.
“Participación solidaria de una realidad dándose desde la cual anhelamos ser más con los demás.”. Psicoanálisis abierto

Inteligencia solidaria:
En esta pone de manifiesto como nuestra primera identidad es la que nos hace entender realmente la realidad, y precede a percibir y a pensar.
“Inteligencia solidaria es aquella que desarrollamos a partir de esta experiencia participativa de una identidad que nos hace ser con todo lo demás.”. Inteligencia Solidaria

La adolescencia como paradigma:
Plantea la adolescencia como un valor, no simplemente como un período evolutivo, que tiene como meta la búsqueda de la identidad. Piensa que si la consideramos solamente una etapa, está poco comprometida con la sociedad actual (de esta forma debilita la teoría de Erikson). Ve la adolescencia como un período de duelo en el que entra en crisis la identidad del Yo para formar parte de una identidad grupal.
“De la vida al conocimiento y no del conocimiento a la vida. De la cultura viva a la inserción social del Yo. Del Yo al Nosotros para volver a un Yo no tan determinado”. La adolescencia como paradigma (a la luz de la teoría de Crisis Vital)


Liliana Palazzini
El trabajo psíquico en la adolescencia. Avatares de su organización.


Para ella la adolescencia es un lugar de interrogantes e incertidumbres con respecto a la representación de sí mismo ya la representación con los demás. Difiere de Erikson en que este proceso no es un tránsito placido, sino que la adolescencia se basa en una “conquista de una condición subjetiva estructurante no alcanzable si no es con trabajo”. Además habla de una necesidad de diferenciación del objeto parental, para una nueva organización con nuevas metas e identificantes. La identidad está totalmente enlazada al narcisismo y a las identificaciones.
“Inmerso el adolescente en la tarea de resignificación se abrirá un interjuego entre la dimensión narcisista y la dimensión relacional, el jugar a ser otro será con otros y estará movido por ideales, ilusiones y fantasías como propiedad de un Yo que empieza construir su propio proyecto identificatorio.”.



Eloísa, Evelin y Ramón

¿Qué es la Identidad?

La identidad es el conjunto de características tanto físicas como psíquicas que definen a una persona, por las cuales ésta se conoce a sí misma y se da a conocer a los demás. Es algo tanto material como espiritual, es decir, desde una forma de vestir, actuar, hablar, hasta adscribirse a una ideología o una manera de pensar y un modo de sentir.

Al formarse su identidad, la persona reconoce en sí misma aquellas características propias que la distinguen de las demás. Las que las hacen única y aquellas por las que siente que forma parte de un grupo. Está marcada tanto por cuestiones individuales como sociales.

En lo relativo a lo individual, la identidad es aquello que distingue a la persona de las demás. Pero es un concepto que tiene su definición colectiva en tanto que está compuesta también por características por las que la persona se reconoce como parte de un grupo, en oposición al resto.

Es material y espiritual, pero lo espiritual, la manera de sentir y de pensar, marca su reflejo material: una práctica determinada, una manera de vestir, etc. En la formación de la ideología juegan un papel enorme las circunstancias que rodean a la persona; tanto los valores y posturas éticas y políticas que predominan en sus círculos de socialización, como su modo de relacionarse con el mundo y los problemas y la facilidad de solucionarlos que se le presentan en su vida cotidiana.


Eloísa, Evelin y Ramón

Los Emos: los adolescentes tristes

Tristes, depresivos, proclives al suicidio... Así se nos presentan los emos al resto, y así nos los presentan los periodistas. Su manera de maquillarse, determinadas prácticas que a saber si son tan comunes como se nos cuenta, su aparente tristeza... Dan lugar a una mezcla de sentimientos por parte de los demás: algo así como lástima con un toque de asco. Y asco es el que les tienen muchas veces los miembros de otras tribus urbanas.

Los medios de comunicación suelen dar bombo a lo que les resulta beneficioso, ya sea por cuestiones políticas como económicas. Y aquí, en los emos y su incomprendida tristeza, la prensa tiene un buen pozo del que sacar un buen dinero. Temas para escribir reportajes, para alarmar a la población mediante el siempre rentable sensacionalismo.

El emo es el integrante de una tribu urbana que, como todas, se caracteriza por una manera de vestir y maquillarse, una manera de sentir y de ver la realidad y un estilo de música acorde con ello.

Es conocido, o al menos de ello se habla, el coqueteo de los emos con el suicidio. Esto es algo alarmante, es cierto, pero también es cierto que cuando un adolescente hace algo raro y forma parte de una tribu, a todos los integrantes de esa tribu se los trata igual. Ocurrió hace unos años con el rol y los jugadores de rol, y pasa con los adolescentes en general, a quienes algunos tratan en las tertulias de opinólogos televisivos como si fueran delincuentes en potencia. El "caso emo" no es algo que tomarse a la ligera, pero exagerar tampoco ayuda demasiado.




Eloísa, Evelin y Ramón

martes, 15 de diciembre de 2009

Construyendo el propio futuro: la vocación y la escuela

El papel de la escuela en la formación vocacional del adolescente debe pasar de manera obligada por la información. Tal como señala Ricardo Barrera, coordinador de POPPS Construyendo Futuro, en la entrevista, no son precisamente pocos los jóvenes que conocen lo que les espera una vez que ya han echado a andar. De este modo, el 80% de los estudiantes universitarios no terminan la carrera, y el 50% abandonan el primer año. Los números pueden no decirlo todo, pero aquí dicen algo muy claro, y es que son muchos, demasiados, los jóvenes que se equivocan a la hora de elegir algo tan sumamente importante para su vida.

La falta de información sobre lo que significa tener una profesión u otra parece un aspecto clave en este problema. Y está en lo cierto Barrera cuando avisa: "es fundamental informarse sobre las profesiones (más que sobre las carreras), es decir, sobre la carrera en su ejercicio real y su impacto en la vida". Efectivamente, los cinco (o cuatro, o seis) años que dura el paso por la Universidad -o cualquier otra opción tras la enseñanza secundaria-, son de una importancia enorme para la persona. Pero no se trata más que de un paso. El resultado de cómo y en qué dirección se dé este paso se vivirá durante el resto de la vida. Por tanto, no son la belleza arquitectónica de los edificios del campus, ni la vida universitaria más o menos divertida según la carera, ni lo interesante que pueda parecer un campo de estudio sin más, razones válidas a la hora de elegir una carrera. Es más bien su práctica en todos los sentidos. En muchos casos, esto significa tener en cuenta el modo de vida que exige, las desilusiones o lo psicológicamente doloroso que puede llegar a ser en determinados momentos, etc., pero también las satisfacciones que a uno le puede dar tener esa profesión, las capacidades de desarrollarse intelectualmente, la posibilidad de trabajar por el bien común (y que esto sea cierto y no meras ilusiones)...

La vocación es algo a plantearse. "Se nace con tendencias y habilidades naturales" (Ricardo Barrera), pero no con una vocación. Ésta más bien se va construyendo, y se descubre -o no-, en función de las experiencias, los conocimientos y los valores del sujeto en cuestión. En cuanto a las experiencias, la labor tanto de la escuela como del docente no es más que -aunque esto puede ser lo más complejo- hacer valer todo su potencial para fomentar el desarrollo en los estudiantes de una fuerte confianza en sí mismos, así como un profundo deseo de aprovechar todo lo que de sí mismos pueden dar, teniendo como objetivos prioritarios tanto su felicidad como la de los demás -que son, además, objetivos interdependientes (enseñar esto con una práctica ejemplar es crucial, y es ahí donde la experiencia en la escuela puede ser determinante a la hora de descubrir la vocación)-.

Los conocimientos afectan quizás de una manera más consciente a la hora de descubrir la propia vocación. No es cuestión tan sólo de lo que a uno le gustaría, sino también y sobre todo, de lo que uno sabe hacer, que elige una profesión u otra. En este sentido la escuela actual "intenta" adaptarse a la responsabilidad del estudiante en la elección de su futuro vital, posibilitando varios caminos a seguir. Como con casi todo, es muy posible que se quede corta. El programa POPPS, con sus tests, parece querer colaborar en esa ayuda que la escuela debe suponer para el estudiante a la hora de elegir una profesión. Ante todo, es necesario no dejar nunca de informar a los estudiantes sobre lo que significa tener una u otra profesión. El conocimiento es importante, pero no sólo refiriéndonos a las destrezas que uno posee en una materia, sino lo que uno sabe acerca del mundo en general y de las profesiones que más se acercan a lo que desea ser. En muchas ocasiones los jóvenes ven de lejos una profesión, y se lanzan con ilusión. La imaginación puede llegar a "embellecerla de tal manera que nos parezca lo mejor que la vida puede ofrecernos" (Marx, Reflexiones de un joven en la elección de una profesión, 1835). Analizar la profesión, teniendo en cuenta el mayor número de detalles posible y lo que significa para uno mismo según sus propias habilidades, puede ayudar a reducir el número de decepcionados.

La labor docente y de la escuela debe pasar también por poner los medios para que no sean los padres quienes se encarguen de elegir por sus hijos la carrera que van a estudiar y ejercer. Este hecho, que no es raro en absoluto (ya sea por desidia de unos o autoritarismo de otros), resulta en dos consecuencias nefastas (si no más). Una de ellas es el paro o la precariedad: los padres que obligan suelen obligar a estudiar carreras "tradicionales", cuyas salidas laborales son cada vez más precarias o bien no están nada relacionadas con lo estudiado por la excesiva oferta de trabajadores. Otra, lógica, es la falta de responsabilidad. No haber elegido qué estudiar -y por tanto qué profesión ejercer-, enajena al estudiante de su propia vida, convirtiéndolo muchas veces en un frustrado. Por supuesto, no siempre es así y pueden darse casos en los que lo obligado y lo que resulta ser una vocación fantástica coinciden... Pero las excepciones no justifican nada: el joven debe ser el único verdadero responsable de su destino, y es en esa responsabilidad en la que la escuela debe incidir. Su margen de actuación a la hora de la construcción vocacional del adolescente puede no ser inmenso (muchos alumnos, un currículo que cumplir...) pero si en algo puede hacer es informar para que la elección no se base en simples ilusiones ni en los deseos de los padres, así como ayudar a que cada estudiante vea sus propias virtudes y sus defectos sin exageraciones de unos ni de otros. De este modo la elección de la profesión se basará tanto en una percepción más realista de lo que supone y de lo que uno es capaz de hacer.


Eloísa, Evelin y Ramón

lunes, 14 de diciembre de 2009

A los trece

En la película "A los trece", se presentan a la vez dos situaciones muy comunes dentro de la vida de una adolescente, en este caso, pero igualmente extrapolable a los chicos. Se presentan a la vez dos historias paralelas pero que influyen de modo recíproco como es la relación con los iguales y la relación con la familia.

Tracy es una joven de trece años que había actuado normal hasta que conoce a Evie. Se nos presenta el típico caso de influencia dentro de las relaciones con los iguales, que estarían dentro de los aspectos psicosociales de la maduración, que se producen como parte de los cambios fisicos de los adolescentes. Según Alsaker (1996), la pubertad junto con los cambios físicos es una adaptación social, que va a influir en los cambios madurativos. Según Cloutier (1996), los adolescentes con desarrollo más precoz son para sus compañeros normalmente más populares, sería este el caso de Evie y la atracción que en un principio Tracy siente por ser su amiga. Por otro lado la conducta de Evie, su forma de actuar más desenfrenada saltandose las normas también está relacionada con esta maduración precoz.

El otro aspecto que se destaca es la relación con la familia, la autonomía emocional que adquiere el adolescente hace que estos cada vez se alejen más de sus padres, aspecto que en el caso de Tracy se ve mucho más acentuado ya que sus padres están divorciados, su padre le hace poco caso y aunque su madre se preocupa por ella, Tracy no tolera que ella intente rehacer su vida con un hombre que ha tenido problemas con las drogas.

Cuando Tracy conoce a Evie, entra en un conflicto consigo misma, ve que la vida que ella lleva la forma de vestir y de actuar, no es como la de Evie, está por el contrario es mucho más popular todos los chicos le hacen caso y nadie se mete con ella. Tracy comienza entonces a intentar buscar su propio yo, pero cuando conoce a Evie esto se ve un poco truncado, ya que no busca su yo, sino que se convierte en una copia de Evie, dejandose llevar por ella, drogandose, bebiendo, robando, relacionandose de forma descontrolada con los chicos,... en definitiva todo lo que hace Evie. Intenta mejorar su autoconcepto y autoestima intentando imitar la conducta de su amiga. Seria lo que Erikson definió como Crisi de identidad/adolescencia dentro de la tabla de Estadios de Desarrollo de la Identidad (1968), en la que en esta etapa desde los 12 hasta los 18 años el adolescente comienza a buscar su propia identidad y es cuando se produce una confusión de los roles que debe tomar dentro de su entorno.

Según Cooley(1902) y Mead(1934) el autoconcepto surge de las relaciones con los que rodean al sujeto y se desarrolla en función de como los demás desarrollan ante el sujeto. De esta forma Tracy cuando comienza a comportarse como Evie se ve recompensada en la medida en la que esta la trata como una igual, y ella también comienza a ser más popular entre los compañeros del instituto y entre los chicos.

Por otra parte los cambios sociales van a influir también en la relación con los familiares: padres y hermanos, y las relaciones con los iguales. Las nuevas relaciones que el adolescente establece hace que cada vez se distancie de su familia, como le ocurre a Tracy, mientras más estaba con Evie más lejos estaba de su hermano y de su madre. Esto se ve acentuado por la depresión que padece Tracy, por la que se corta los brazos ante la situación que vive en su casa, el hecho de no tolerar a la pareja de su madre, hace que cada vez se aleje más de ella y esta angustía la refleja autolesionándose.

Por otra parte dentro de los cambios sociales de la etapa de la adolescencia de nuevo aparecen las relaciones con los iguales. Según Sullivan(1953), en el Desarrollo de la amistad hay diferentes etapas, y es a partir de los 12 años cuando el adolescente comienza a tener sensibilidad hacia los sentimientos del otro, y surgen conceptos como la lealtad y la apertura emocional. Cuando Tracy conoce a Evie se vuelca en ella al igual que viceversa. De esta forma Evie hace partícipe a Tracy de su propia situación personal, de la misma forma que ella inlfuye en la suya, sobre todo con respecto a su madre. Esto hace que vea a Evie como alguien mucho más cercano y en quien confiar, ya que su madre lo unico que hace, según ella es controlarla y dejarla en ridículo.

Finalmente, Tracy se da cuenta del engaño de Evie, que en el momento que no le era por así decirlo "rentable" le dio de lado y la culpó de haber sido ella la mala influencia, frente a su madre, además de confesarle que se hacía cortes. Es aquí cuando se da cuenta de que la única que siempre había estado realmente con ella era su madre, quedando claro en este caso el mensaje, la moraleja de la película, sobre todo destinada a los jovenes de que hay que ser como uno es, intentar encontrar tu identidad por ti mismo y nunca dejarte llevar por los demás.


Eloísa, Evelin y Ramón

domingo, 13 de diciembre de 2009

Los pokemones

Los Pokemones son una tribu urbana con orígenes en Chile. Surgen de la mezcla de otras dos tribus ya existentes: los emos y los hardcore. De los hardcore toman los pantalones caídos, los patinetes, las camisetas estampadas... en general, el estilo de ropa. Mientras que de los emos adoptan la estética triste, quieren dar la impresión de no vivir tan felices pero les gusta pasárselo bien.

Sin embargo, aparece una diferencia visual muy grande. Este deseo de disfrutar influye en su modo de vestir que ya no es oscuro como en el caso de los emos, sino más bien todo lo contrario, el color por excelencia. Destaca la ropa con lunares, rayas, las mezclas de colores, rosa y negro, verde y naranja. Usan peinados muy producidos, se cortan ellos mismos el pelo, se lo alisan y usan gel o laca. Pero esto no es todo, además usan piercing en diferentes zonas de la cara y el cuerpo, se pintan los ojos y usan maquillaje colorido. Todo esto hace que se vean raros, excesivamente sobrecargados así que no pasan desapercibidos y muy pronto se convierten en un movimiento masivo y a la vez odiado por tribus urbanas ya establecidas anteriormente.


De hecho, la denominación de pokemones fue hecha por estos “enemigos” aludiendo a la popular serie japonesa del mismo nombre. Pero, ¿porqué esta serie? Porque se trata de dibujos infantiles, y eso es lo que ellos buscan, se sienten identificados porque no quieren crecer ni tomar responsabilidades sino vivir en un mundo de fantasía. También copian los peinados que ven en las diferentes series japonesas.

Su filosofía es completamente nueva, van a su bola, lo que les gusta es pasárselo bien entre ellos en círculos cerrados que no tienen reparos en abrir si aceptas ser un pokemon y quieres unirte a ellos. Su vida es fiesta de día y socialización virtual de noche. Curiosamente la mayoría de ellos no toma alcohol y prefiere otras alternativas como zumos, leche y bebidas de fantasía. Totalmente opuesto a la mayoría de la juventud que todos conocemos prefieren el día y no la noche. La razón que dan en sus foros es que de noche existe mucho más peligro al salir. Además son muy jóvenes y sino tendrían más problemas para juntarse.

En estas fiestas diurnas realizan sus dos practicas conocidas...el ponceo y el sobajeo. El primero consiste besar al mayor número de personas posible durante la fiesta. El Sobajeo en cambio, es una forma de conseguir placer sin llegar a las relaciones sexuales, consiste en frotar los cuerpos mientras bailan o hacen cualquier otro tipo de cosas. Suelen conversar, intercambiar fotologs y hablar de música y estilo. Escuchan preferentemente el reggaetton y son usuarios vip del MSN, fotolog, facebook, photoshop y youtube.

A pesar de parecer “inocentes” tienen una vida sexual muy activa. Esto hace que los adultos estén muy preocupados con respecto a las enfermedades de transmisión sexual y los embarazos no deseados.

Al buscar información sobre esta tribu he encontrado mucha hostilidad. La mayoría de las definiciones al respecto añaden términos despectivos y frases como esta: "¡Pitéate (cárgate) un Pokemon, para un Chile Mejor. No queremos que nos invadan". El siguiente enlace muestra la animosidad hacia ellos a pesar de considerarse pacíficos y hasta excusar a sus opositores.

http://www.youtube.com/watch?v=YJFVjDXC_qs


Eloísa, Evelin y Ramón

Los mods

El movimiento mods floreció en medio de una época de cambios trascendentales. A finales de los 50 el mundo se estaba recuperando de la Segunda Guerra Mundial. El anhelo de todos giraba en torno a olvidar lo ocurrido y mirar al futuro con esperanza, al mismo tiempo que el miedo, la inseguridad y el inconformismo brotaban entre la juventud. En este caldo de cultivo son muchos los que sienten la necesidad de marcar la diferencia por lo que son y lo que les gusta. Nos encontramos en los orígenes de lo que hoy conocemos como las tribus urbanas, momento en el que aparecen en escena los mods.

La tendencia mod (del inglés modernism -modernismo-) fue un movimiento musical y cultural basado en la moda y la música que se desarrolló en Londres en esta época. Por un lado, sus integrantes se declararon fanáticos del Modern Jazz y otros estilos musicales afroamericanos. Y por el otro, mostraron su rebeldía a través de una indumentaria inusual, basada en los grandes intérpretes de esta música.

Esta corriente destaca por el sentido práctico de la vida. Las scooters -un símbolo de su identidad- se fueron incorporando poco a poco a la imagen Mod más por necesidad que por diseño, pues el tener una scooter, bastante asequible y al alcance de los jóvenes trabajadores, facilitaba mucho las salidas nocturnas. Aunque finalmente, eso sí, se convirtieron en un reflejo del ansía de destacar de los Mods, que competían entre ellos para ver quién tenía más retrovisores, bocinas o luces. La parka, otro icono de este movimiento, surge también fruto de la necesidad de aplacar el frío al conducir una motocicleta.


Los modernistas también eran intelectuales. Estaban interesados en la cultura, el pop art y la filosofía existencialista. Y en general, en los estilos del continente europeo: conducían motonetas italianas, bebían café expreso, se cortaban el pelo al estilo francés y veían cine de la Nouvelle Vague (Nueva Ola francesa). Los mods se veían a sí mismos como ciudadanos de Europa o del mundo más que como simples residentes británicos. Por el día trabajaban como empleados de oficina o dependientes, mientras que por la noche frecuentaban clubes donde podían escuchar su música. Para poder mantener ese ritmo de vida frenético, recurrían frecuentemente al consumo de anfetaminas.

El individualismo, la elegancia, las ganas de destacar y de pasárselo bien son los rasgos que mejor definen esta cultura juvenil que tuvo su auge a mediados de los sesenta. Esas ganas de destacar son el motor que les lleva a una búsqueda frenética de las últimas tendencias musicales y de moda, las cuáles son abandonadas una vez que se convierten en algo masivo y utilizado por el resto.


Pero no todo fue un camino de rosas. Los mods vivieron episodios violentos y llegado un momento comenzaron a desintegrarse. Este movimiento dió lugar a otros muy opuestos, por un lado aparecieron los hard-mods (que al final dieron lugar a los primeros skinheads) y por otro, la tendencia hippie.

El movimiento mod tiene otra característica: ha resurgido en varios momentos. En los años setenta se enciende de nuevo la llama extinguida de los mods de la mano de figuras de la música como Paul Weller, líder de The Jam o el estreno de la película "Quadrophenia", un hito de la cultura mod. Así es como el estilo cala en otros países del mundo y también llega a España, sobre todo en las décadas de los setenta y ochenta.

En los noventa surgió la escena Britpop que mostraba obvias influencias mod, con bandas como Oasis y Blur. Los mods también fueron un aporte notable al movimiento Northern Soul. En los últimos años ha habido u resurgir del pop más puro, el Power Pop, y de una estética retro. Quizás por esto los mods han vuelto a salir a escena en las noches de cualquier ciudad europea. Les sigue uniendo, como en los 60, algo difícil de desintegrar: la música. En la actualidad la subcultura mod se ha extendido por todo el mundo, y existe como una minoritaria cultura underground.


Eloísa, Evelin y Ramón

sábado, 12 de diciembre de 2009