Al formarse su identidad, la persona reconoce en sí misma aquellas características propias que la distinguen de las demás. Las que las hacen única y aquellas por las que siente que forma parte de un grupo. Está marcada tanto por cuestiones individuales como sociales.
En lo relativo a lo individual, la identidad es aquello que distingue a la persona de las demás. Pero es un concepto que tiene su definición colectiva en tanto que está compuesta también por características por las que la persona se reconoce como parte de un grupo, en oposición al resto.
Es material y espiritual, pero lo espiritual, la manera de sentir y de pensar, marca su reflejo material: una práctica determinada, una manera de vestir, etc. En la formación de la ideología juegan un papel enorme las circunstancias que rodean a la persona; tanto los valores y posturas éticas y políticas que predominan en sus círculos de socialización, como su modo de relacionarse con el mundo y los problemas y la facilidad de solucionarlos que se le presentan en su vida cotidiana.
Eloísa, Evelin y Ramón
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